Camilo Sesto era el alías de Camilo Blanes Cortes. Este último era además el compositor de casi todos los temas de este español que a los hombres nos convenció (iba a poner que nos conquistó, pero mejor no), y a las mujeres cautivó. Dueño de unos ojos hermosos. De dos para ser más precisos, Camilo Sesto se las arregló para ocupar los primeros lugares de cuanto rankings se hiciera por el mundo de habla hispana, quechua, aymara, guaraní, etc y en todos esos territorios donde los españoles se impusieron a partir del 1492. Posee la cantidad de 40 millones de discos vendidos, y en 1975, la crítica lo aclamó por su interpretación en la versión española de Jesucristo Superstar. Me refiero a la película, que incluso tuvo y sigue teniendo versiones locales, como la que hizo el gordo Ravani cuando era amo y señor de la TV.
Los años 70 fueron de este españolísimo. Con temas como Algo de Mí, las fiestas de la juventud de esos años alcanzaba su éxtasis. La mezcla no podía ser más potente: pantalones pate elefante, un pick up, un poco de coca cola, y lo demás lo ponía la imaginación, que en ese entonces era desbordante. O al menos, eso pensábamos. Entonces Playa Brava recién empezaba a colonizarse, y los ferroviarios en su Cooperativa El Riel, prestaban sus casas para de vez en cuando, escuchar un LP de este cantante ambiguo en su masculinidad, por lo menos en la clásica (los hombres no lloran, etc).
Recordar esos años, sobre todo los que va del 70 al 10 de septiembre del 73, tiene la impronta de esas canciones que decían “algo de mi se va muriendo, quiero saber, quiero saber, porque te vas”. Hay toda una generación que públicamente hacía fe de un discurso político y escuchaba la Cantata de la Escuela Santa María, mientras que por la noche, cuando el diablo se soltaba, aparecía el “si amarte es pecado, quiero ser un pecador”. Todas las otras canciones, a pesar de ser alegres, tienen la marca de la tristeza. Es que las canciones, no se escuchan en el vacío.
A pesar de que en Iquique los ojos claros no son el pan de cada día, nos las arreglamos para producir nuestras propias versiones de este ibérico cantor. Aún me junto con un geólogo, que se creía ser la perfecta versión de Sesto. Y de algún modo lo fue. Tenía sus obras completas y una colección de afiches que usó para tapar al Che en esas noches de furia. Para mi el mejor tema es “Amor, amar”: Yo voy por las calles con tu nombre, encerrado en mi puño.” Cada vez que lo escucho un olor a Playa Brava me nubla la nostalgia. Demás está decir que Camilo Sesto y Camilo Blanes son una misma persona.
Sunday, December 07, 2008
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