Saturday, November 26, 2005

Pinochet y los iquiqueños



Se comenta lo mucho que Pinochet quiere a Iquique. Se cuenta que cuando ganó el No, lo primero que preguntó el dictador, fue cómo le había ido en la “Tierra de Campeones”. Cuando supo la respuesta frunció el ceño.

Y no dijo nada más.

Cuando fue Presidente, por la fuerza de las armas, hay que recordarlo, dotó a la ciudad, del Tani Loayza y de Oscar Hahn, de una Zona Franca (hubo además motivos geopolíticos: había que cuidar las fronteras de una posible guerra con peruanos y bolivianos), creó por decreto la Universidad Arturo Prat y ayudó a pagar su deuda: “Presidente Pinochet otorgó 150 millones de pesos a la Universidad” (El Puerto, 27 de junio de 1989). Otros han afirmado que fue el padrino de boda del actual alcalde Jorge Soria. Los más mal pensando, han afirmado que Pinochet es iquiqueño. Hay por cierto, en esta afirmación mucho de mala intención.

Pinochet al igual que el General Prats vivió en Iquique. Este último se casó en la tierra de los Arturo (Prat y Godoy). Y no era extraño, esta ciudad siempre fue la frontera norte con el Perú. En consecuencia había que mantener un fuerte contingente militar. En el puerto, había cerca de cinco regimientos. Nos criamos, los iquiqueños, viendo a diario a los militares en la calle, ya sea desfilando o haciendo deporte, o bien, paseando en las noches por la avenida Balmaceda o la Plaza Prat. Los militares fueron parte del paisaje urbano de esta ciudad donde se inmolaron los obreros en la escuela Santa María aquel 21 de diciembre de 1907.

Pinochet vivió un buen par de años en Iquique. Me referiré sólo a la última etapa. Es decir, a los de los años 70. El 30 de enero de 1969, asume como General de la Sexta División de Ejército. En ese mismo año, pero en octubre, asume como Intendente subrogante, reemplazando al Luis Jaspard, militante de la Democracia Cristiana. Cada vez que éste se ausentaba, Pinochet asumía sus funciones. En tal condición hizo un par de declaraciones. Esta, por ejemplo: “10 dirigentes del Mir han llegado clandestinamente” (La Estrella de Iquique, 10 de junio de 1969).

Hay que recordar que Iquique era una ciudad pequeña que tenía solamente 60 mil habitantes. El general rápidamente se inserta en la vida social. Una prueba de ello, es que una población de la ciudad llevó su nombre, al igual que un club deportivo. La derecha local no tarda en ofrecerle hospitalidad. No es exagerado afirmar, que el general, en la ciudad donde nació el movimiento obrero, se haya hecho anti-comunista. Su amistad con descendientes españoles como Tomás Tuset, entre otros, todos franquistas, permiten elaborar esa hipótesis.

Otro dato, su hija mayor se casa en Iquique, con Julio Ponce. La vida social de “La Estrella de Iquique”, el periódico de la cadena de “El Mercurio” cubre el evento. Es la década de los 70.

No obstante, hay dos coincidencias que quiero hacer resaltar aquí. Una tiene que ver con el azar y la otra con la voluntad.

Iquique celebra su aniversario, no el 21 de mayo, sino que el 25 de noviembre, fecha en la que se celebra la primera sesión muncipal bajo la soberanía chilena. Esa misma fecha es el nacimiento de Pinochet. Coincidencia histórica que no es posible reparar.

Y la segunda es un hecho que bien vale la pena rectificar. El día 29 de enero de 1971, la Ilustre Municipalidad de Iquique, lo declara “Ciudadano Ilustre”. El regidor que actuaba como alcalde, en reemplazo de Jorge Soria, que estaba ausente de la ciudad, Carlos Díaz Leyton, propuso la medida. Los argumentos que se esgrimieron para tal distinción fueron los siguientes: “Ha quedado confirmada que la actuación de este distinguido miembro de las Fuerzas Armadas de Chile ha sido relevante y en forma especial en las numerosas oportunidades que asumió como Intendente subrogante de la provincia, méritos que lo hacen acreedor a una distinción honorífica” (La Estrella de Iquique, 29 de enero de 1971).


Subrayo la palabra rectificar, ya que no es posible que siga manteniendo tal categoría quien mandará a ejecutar a Freddy Taberna y a tantos otros inocentes en Chile. Nombro a este iquiqueño, porque no me cabe la menor duda, que más de alguna vez se habrán encontrado en la ciudad, que recibió con sus mamparas abiertas a este joven militar. El cuerpo de este geógrafo del barrio El Morro, aún no se encuentra. Junto a otros fue asesinado en Pisagua.

Ahora que la justicia empieza a llegar. Es bueno que la Ilustre Municipalidad de Iquique, en un acto que la dignificaría, proceda a retirarle ese signo de distinción. No es posible que comparta ese honor con humildes hombres y mujeres de la ciudad como Willy Zegarra, Victoriano Caqueo, Ariel Standen o Rubén Loayza. Gente humilde que no robó. Gente que no ha matado a nadie.